En esta entrada, actualizaremos la entrada anterior titulada Tareas que hace el cliente a lo largo del día.
Nuestro producto va destinado a un tipo de cliente ocasional
que requiera de algún concepto con el cual sorprender en un evento social o
familiar (cumpleaños, bodas, cenas, etc. ), el cual no centraría su atención en
este tipo de productos si tuviera que producirlo él mismo; en cambio, si se le
ofrece la posibilidad de obtenerlo prácticamente sin ningún esfuerzo (todos los
procesos asociados a la producción y distribución del mismo correrían a cargo
de nuestro servicio), se plantearía seriamente contratar nuestros servicios, al
menos, con una frecuencia de 1-2 pedidos cada 2-3 meses.
La descripción anterior se ajusta más a un segmento de
clientes de mediana edad (edades comprendidas entre 30-50 años aproximadamente)
que tengan ciertos conocimientos en el uso de la red y con webs relacionadas
con la compra online. En principio,
trataríamos con la población de la isla para, si la empresa comienza a funcionar
satisfactoriamente, comenzar a realizar envíos de lotes (cantidad de postres
que, una vez restados los costes de producción y transporte, ofrezcan
beneficios) al resto del archipiélago y a todo el territorio nacional. Además,
nuestros clientes deberán contar con un nivel de adquisición al menos medio, ya
que una persona con dificultades económicas lo último que se plantea es la
compra de repostería por Internet.
Mucho mejor planteado con lo han descrito ahora.
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